martes, 19 de enero de 2010

Llegaba tarde /Coatl

Siempre llegaba tarde.

Ella  lo sabia, siempre se atravesaba algo, como el trafico, si no era el trafico, era mas trabajo, si no era mas trabajo, era un accidente, si no era un accidente...

Y no importaba, se habia hecho experta en hacer bolitas de migajon perfectas: exactamente iguales, redondas en toda su superficie.

Sentada en la banca del parque, pinchaba el migajon del pan blanco con sus dedos y entre las yemas del pulgar y el indice, ligeramente ayudado por el dedo medio empezaba a acariciar y a apretar el pan, para luego soltar la amunición perfecta de comida para los pajaros que la acompañaban en la espera del parque.

El ruido de los arboles recordaba al mar, y con disgusto recordaba la vieja historia del muelle de San blas...

Pobre muchacha pensaba, y es que ella vivía de repente el sentimiento de vacio en la pequeña espera.

Llegaba tarde,  y los minutos se hicieron horas, y las horas se hicieron dias.

Escuchando un mar urbano, ella esperaba, aunque llegará tarde... 


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