miércoles, 31 de marzo de 2010

Destápalo/ Ricardo del Billar

LA ENTREVISTA

Después de semanas de persistencia para obtener una entrevista con el gran cuentista queretano, Ricardo del Billar, lo encontramos fuera de su casa –en el centro histórico de esta hermosa ciudad, para ser más exactos en el ya legendario barrio de La Cruz- con tupperware en mano; ya que se dirigía a comprar menudo en ese domingo despejado, de cielo azul y sol brillante. Al vernos trató de apresurar el paso, pero nosotros sin esfuerzo lo alcanzamos. Más adelante nos dimos cuenta de que nunca podría escapar; pues tenía cara de haber sido arrollado por la barredora de la ciudad. En su pequeño departamento nos contó que la noche anterior había asistido al ya famoso Botellazo Literario, donde varios escritores de esta ciudad se dieron cita. Tuvimos la fortuna de compartir el menudo con él; bueno en realidad la condición fue que nosotros pagáramos el desayuno para que nos cediera esta entrevista, nosotros aceptamos ya que nuestra revista –Repolloyatun- se jacta de tener a los mejores autores.

¿Cuándo te descubriste escritor?

En realidad yo no me descubrí como tal, sino que la señora Toña –mi ex compañera de clase de inglés- me dijo que si yo leía tantos libros por qué no escribía.

¿Qué has descubierto de ti desde que comenzaste a escribir?

Que puedo ser un metiche profesional y a fondo –siempre me ha encantado el chisme- ahora tengo la oportunidad de entrometerme en cualquier lado y asunto con el pretexto de que soy escritor.

¿Cómo ha recibido tu gente, tu círculo: familia y amigos, tu decisión de dedicarte a las letras?

Pues como cualquier cosa: para ellos es como decirles estoy aprendiendo a tejer macramé. Piensan que el escribir es como cualquier hobbie.

¿Y es un hobbie?

Por supuesto que no; las letras son mi vida. (En este momento nuestro autor, después de echarse un pedazo de libro a la boca, levanta la cara al techo al sentir sus palabras en lo más hondo)

¿Qué autor consideras como un gran descubrimiento? (Tarda en responder, al parecer se estaba ahogando)

(Tose y se golpea el pecho) Está picosito. En realidad son varios; entre ellos Mauricio Bares, Anónimo Hernández y Roberto Malo.

¿Por qué piensas que eres tan minucioso en tu narrativa?

Porque me gusta observar hasta la mínima mancha de mierda que hay en este mundo.

Ahora nos podrías decir que es lo que viene a tu mente al escuchar lo siguiente.

Instrumento… Verga.

Dolor… Golpe en los huevos.

Alcohol… Gente indecente, pero gracias al vodka existe la gran literatura rusa.

Estado… Queretarock.

Palabra… Fuerza.

Tesoro… Sonrisa vertical.

Frase de la semana: Recostado en el pensamiento



Mirrormask, película de Dave Mckean y Neil Gaiman

lunes, 29 de marzo de 2010

Destápalo / Rox

La luz que se colaba por las persianas de mi cuarto comenzó a taladrar mi cerebro. Cerré los ojos intentando apachurrar las pupilas y quedarme ciega, pero no tuve suerte. Cuando me levanté al baño, me di cuenta que aún estaba borracha ya que sentí al piso moverse y a mi estómago con ganas de vaciarse.

Esta va a ser una cruda de antología, pensé mientras orinaba. Pero fue hasta el momento en que busqué mis calzones en mis tobillos que me di cuenta que estaba encuerada. Me mojé el rostro y las ojeras artificiales del rímel negro sobre mis párpados y mejillas me mentaron la madre por no acordarme de nada de lo que había pasado anoche.

Supuse que era lo que seguía, pero tenía que juntar valor para mirarlo con mis propios ojos. Me amarré el pelo con una liga, respiré hondo y entré a la habitación. Un par de cervezas en el piso, condones utilizados y un bulto bajo las sábanas confirmaron mis sospechas.

Me maldije, maldije al alcohol y lo maldije a él, quien quiera que fuera. Era una inocente fiesta de cumpleaños, ¿Cómo terminé así? Y mis padres, ¿a qué hora se fueron?

DESTÁPALO me dijo mi cerebro. Comencé a recordar a los guapos de la fiesta. Ya tenía unos meses tras los huesos del amigo de mi primo, un fotógrafo que quería llevarme a la Sierra Gorda con la fantasía de ser su modelo natural.

DESTÁPALO me volví a ordenar. O tal vez era ese ñoño que se había invitado solo y que solía mandarme cadenas de amor por facebook. Ya eran muchos meses de negativas y el cabrón no cedía en sus ímpetus amorosos.

¡DESTÁPALO DE UNA PINCHE VEZ!

Obedecí recorriendo con cuidado la sábana desde los pies. Buena pierna, pensé al ver las pantorrillas; la cosa mejoró con las nalguitas que guardaban un coqueto lunar. La base de la espalda tenía la cantidad exacta de pelos, por lo que me comencé a tranquilizar. Ya pensaba en el mañanero cuando en el hombro descubrí un tatuaje demasiado conocido: unas rayas que yo había ayudado a diseñar.

Ahogué un grito, recogí mi ropa del piso y corrí por las escaleras hasta la cocina susurrándome nopuedeser, nopuedeser, nopuedeser, en un vano intento de deshacer lo que las evidencias indicaban que había hecho. Me vestí y me senté en el piso en posición fetal.

Cuando lo escuché bajando por las escaleras me incorporé a hacerme pendeja en el refrigerador.
–Hola prima, que pedota la de ayer, ¿no? – Me dijo mi primo con voz quebrada.
–Te pasaste de borracho, en serio… ¿te fijaste con quien amaneciste? – Le contesté sin voltear a verlo. No quería que mis culposos ojos me delataran.
–¡No mames! –Gritó –
–¡Si wey, con Verónica!, te pasaste, cabrón. Me dijo que no dijera nada y que tampoco le dijeras tú, que sólo quiere olvidarlo –y volteé para ver si me había creído.
–¡Nomames, nomames, nomames! –comenzó a maldecirse mientras se llevaba las manos a la cabeza –¿No le vayas a decir nada a mi vieja, eh?
–¿Cómo crees, güey? ¿Qué no soy tu prima consentida? –Le dije sonriendo y gozando mi enorme mentira.

En el acto se acercó, me abrazó muy fuerte y me dio un beso en la mejilla. Al tenerlo tan cerca, reconocí su olor y me estremecí.
–Bueno, a lo hecho pecho –dijo mientras me soltaba –Sólo espero que no haya desagradables consecuencias – y se alejó.
Yo también primo, yo también, susurré.

Destápalo (2) / Fafahrd

Veo la corcholata en tu corazón, pero no puedo tocarlo... tu destápalo.

domingo, 28 de marzo de 2010

Jardín Zen...

Eres como un jardín Zen, una dimensión limitada. Un jardín repleto de tranquilidad donde se puso el corazón, el mar.
Eres un espacio con tiempo y forma que me permite sentir una paz y tranquilidad inesperada.

Prefiero mantenerme a salvo, sobria, no enamorarme, ni involucrarme, prefiero los juegos pirotécnicos que duran un par de horas pero que no dan casi nada de mi, los prefiero porque me muevo como pez en el agua en medio del caos, en medio de la tormenta.Contigo mi mundo es distinto.

Eres como un Jardin Zen y contigo siento una tranquilidad inesperada.

Destápalo

Caminaba por el centro comercial y encontré una feria de artesanias, artículos de un lugar mágico del sur del país: Oaxaca
Entre todos los artículos encontré unas cajitas con un olor a madera vieja, pequeñas, ovaladas, color ocre ( me gusta el nombre del color mucho más que el color) con unas líneas rojas, unas cajas poco comunes. Mi curiosidad me acercó al módulo donde estas descansaban, la mujer que atendia me dijo animada - ! destápalo ¡ son unas cajitas guarda secretos - Adentro habia unas muñecas pequeñas de trapo. Me explico que según una tradición les contabas tus secretos y ellas los guardaban. Compré dos.

Por la noche nos encontraríamos en mi casa como era usual. Dejé las cajas en la mesa del comedor, llegaste, tomaste una y te conté la historia, de inmediato le susurraste algo a las chicas que guardarían intimidades. Intercambiamos una de cada caja.
Compartiriamos secretos. Compartiamos un secreto. Estabamos juntos sin estarlo, saliamos sin salir y de pronto nada tenía sentido. Compartiamos una complicidad, una cama, una tarde, pero nada más. No nos conociamos a pesar de pasar tiempo juntos.

Con el tiempo nuestro secreto fue develado, alguién lo destapo y no me entere ni cuando ni quien. Lo nuestro era un secreto a voces, no había ningún muñeco guarda secretos fuera de la caja. La insulsa historia de una artesanía cobró sentido, se convirtió en parte importante de mi historia contigo.

El secreto que mi muñeca guardaba era que estaba enamorada de ti, como una estúpida. Tu secreto mostraba un punto de tu personalidad, eras un patán. el patán del que me tocaba enamorarme. A todos nos toca uno en esta vida

sábado, 27 de marzo de 2010

Destápalo / Fafahrd

...Deja de verme con ésa cara, ¿Es que simplemente no entiendes? No, por lo que parece, no. Okey, va de nuevo, estamos juntos aunque no lo estemos, nos queremos a tientas como un par de ciegos a la luz del cinismo, pero dudo de si no somos sólo un par de ovejas que se arrimaron una a otra para no morir en la tormenta de nieve.

Vamos, velo desde mi punto de vista, usualmente el romance es como una danza, uno se mueve hacia acá, el otro para allá, luego se toman de de la mano o se va cada uno por su lado para luego caer en brazos mutuos, pero como sea siempre se ve un conjunto armónico. Nosotros parecemos un par de cojos bailando con zancos en una tienda de porcelanas.

No, no te rías, ah, perdón, estas llorando. No, no lo tomes así, no es que nos vea ya perdidos, es sólo que yo me siento perdido y por ello me expreso, necesito escuchar tu voz para saber hacia donde dirigirme. Ya tranquila, vamos... todo es cosa de comunicarnos, y precisamente me desespera sentir que traes algo dentro que no dices, anda ya destápalo, ¿Que tan malo puede ser?

(...)

Nombre guey, ¡Yo y mi bocota!

jueves, 25 de marzo de 2010

Destápalo... /Ramita Diferente

El tiempo de espera se termina. La fecha está a sólo un paso... aún no sé si soportaré todo lo que encuentre o lo que venga después. Sea como sea; mi mente, entre el temblor temeroso, produce una voz en el silencio que pide a gritos… destápalo.

lunes, 22 de marzo de 2010

Del Jardin Zen / coatl


Mi jardín zen comienza en el último círculo circular que  circuló la avenida donde caminamos por la noche que apaga la luz de los ojos que no iluminan al rostro pero queman al sol, ese sol amarillo, como el último girasol que danza sobre la duela al compás de un silencio prolongando  la vida iniciada en un suspiro final.

Una sobre otra, ahora en una pantalla, que antes fue papel con fondo blanco, es ahora mi jardín zen, xenon, sensual,centrado, otorgandome en el placer de no pensar y deleitarme con estructuras abstractas que chisporrotean ideas.

Un sinzentido, es mi jardín Zen.



viernes, 19 de marzo de 2010

Del Jardín Zen / Rox

Hace algunos años, cuando era más joven y menos sabia, vivía en Madrid. “La calor" -como dicen en aquellas latitudes- aún se negaba a mostrarse por completo, no así mi calentura. Habían pasado 4 meses desde mi cambio de continente y la misma cantidad tiempo sin que nadie me hiciera un "favorcito" (aunque fuera malo) y como que ya tenía cosquillas.

Estábamos en una borrachera cuando conocí a Malik, un francés tan bonito que me hizo preguntar si no era yo medio lesbiana: ricitos rubios, ojos claros, nariz aguileña, pestañotas… ya saben, una niña sin tetas. Los ebrios del lugar eran en su mayoría eran latinos, por lo que la conversación sudaca / competitiva había alcanzado un punto álgido: colombianos y venezolanos estaban a punto de volverse a declarar la guerra por el control de la frontera.

Con el fin de no participar en divisiones políticas que atentaran contra los ideales de Bolívar y San Martín, busqué al güerito franchute. Comenzamos a platicar de temas internacionales de gran relevancia, como el impacto de la guerra franco-prusiana como disparador económico del sorgo alemán. Malik comenzó a hablar muy entusiasta, casi como un orador de las naciones unidas. En mi semiebriedad me di cuenta de su nulaebriedad. Le pregunté la causa de su abstinencia y mirándome directamente a los ojos me dijo: “Soy budista y no necesito el alcohol para divertirme”.

(tó-ma-la, pin-che bo-rra-cha)

Como sea, al budista no pareció importarle mi semiebriedad y continuamos platicando de el futuro de los bailes neohúngaros en tiempos del reggetón. Coqueteamos un rato más, intercambiamos teléfonos y todo lo que la ley exige para tener opción a sexo futuro.

No tardó muchos días en llamarme y salimos. Caminamos por el centro y casi al atardecer, nos fuimos a un parquezote, donde había un Jardín Zen. Cuando vi la blanca y fina arena, pensé que por más caliente que estuviera, el sexo ahí es altamente riesgoso. Sin embargo, estaba dispuesta a una manoseada tras los arbustitos.

Nos sentamos en unas piedras que magullaban con persistencia nuestras nalgas. Malik me dijo que me relajara y cerrara los ojos. Supuse que lo siguiente era un beso, pero el franchute me puso a meditar. Sacó una estampita de una señora budista que estaba haciendo cosas budistas y que, según él, emanaba gran cantidad de energía. Además me aventó un rollo enorme y soporífero de cómo meditando ha encontrado el mayor de los placeres. Placeres que ni el alcohol o el sexo dan.

Obviamente, volví a mi departamento con una sensación de haber sido estafada: en vez de sexo obtuve un intento de conversión. Por supuesto, no volví a salir con él. No le perdoné que me haya intentado alinear al budismo después de coquetearme tan abiertamente.

Desde entonces le huyo a los budistas y grafiteo los Jardines Zen.

Del Jardín Zen / Fafahrd

El bonsai suele ser la representación de un árbol milenario que ha sobrevivido a tormentas, temblores, inundaciones y termitas, manteniendose en pie a pesar de estar algo torcido. Es el sabio antepasado que lleva con orgullo las crueles enseñanzas de la vida, que al cuidarlo, te enseñará. Esa mañana descubrí que mi bonsai estaba muerto.

No podía quitarle la vista de encima, sentí mis ojos medio botados y el reflejo de "ojito Remi" aflorar. Me gustaba mi bonsai, así con algunas ramillas atadas y una cuidadosa selección de que partes tenían sol y cuales no. Lo había regado, acicalado, podado, le hablé bonito y le conte mis penas, y ahí estaba su cadáver, al lado del jardín zen -que Dumas usa de baño-.

Incapaz de tocarlo, decidí ignorarlo, como si fuera a desaparecer por sí solo. Durante días me negué a reconocer la realidad, pero tampoco deseaba soltarlo, me gustaba mi bonsai y mi esfuerzo me costó hasta la más patética de sus torceduras. Cuando me lo dieron era un árbol sano.

Finalmente, leyendo acerca de los egipcios, pensé en que podía embalsamarlo, para tenerlo relativamente a salvo, como un recuerdo de una buena época.

No tenía idea de se momifica un árbol, no tiene órganos que quitarle... así que opté por barnizarlo, a fin de cuentas ya había perdido todas sus hojas. Una breve visita a la tlapalería, al regreso del trabajo, y ya me encontraba armado.

Me instalé, acomodé el bonsai frente a mí y lo fuí cubriendo de capas de barniz, no quedó nada mal... fuera de un aspecto frío y triste, patético. Lo dejé en un estante y me olvidé de él.

Hoy volví a casa sonriente, algo sacudido pero optimista. Tengo la cabeza llena de sueños vagos, mientras contemplo la flor que rompió el barniz.

Mañana he de poner el bonsai, de nuevo al sol.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Del jardín Zen / RubberCherry

Ya saben que a mí sólo se me da la literatura anecdótica, así es que... ahí les va.

Estaba decidida a instalar un jardín zen en la azotea de mi casa, en la San Miguel Chapultepec. Lo tenía todo listo. Presupuesto, medidas, modelo, materiales, proveedor y un largo etcétera. No me creerían si les dijera todo lo que se requiere para un pequeño espacio de recreación. En fin. Como les digo, estaba convencida, feliz y muy emocionada.

Cuando le conté al que en ese entonces era mi novio sobre mi malévolo plan, en dos patadas me lo echó abajo: "¿De dónde sacaste la idea del jardín zen? ¿Para qué lo quieres? ¿Para que sea el arenero de los gatos de la colonia? ¿Para que tu techo se llene de humedad? ¿Para que tengas que limpiar las hojas del eucalipto que tienes enfrente? ¿Para que ni lo uses? ¿Para gastarte 10 mil pesos en una pendejada? ¿Para que tus gatas pasen más tiempo afuera que contigo? ¿Para llenarte de bichos, que te encantan? ¿Para que eventualmente el aire se lleve toda la arena y les cagues a tus vecinos?".

Cancelé mi plan. Me quedé con las ganas de mi jardín zen. Y ahora que vivo en departamento y no en casa... igual me dan ganas de ponerlo. Aunque sea en el baño.

martes, 16 de marzo de 2010

Tema de la semana: Del jardín zen

Hola a todos!

Me revolví con las fechas y se me vino el martes entre carreras, afortunadamente después de un relativamente relajado fin de semana. Como sea, pienso en el zen de las vacaciones, en el zen de la cotidianetidad, el del tráfico que no sufres y el del cerro cerca de mi casa.

Pienso en ésa paz que nos rodea e ignoramos, en la calma que se amontona en cada rincón y dejamos que se cubra de polvo.

También creo que no necesito valiums o tequilas, al menos hoy... tampoco té de paciflora, manzanilla, menta o verde. Tampoco oración o religión, ni siquiera una pizca de zapping, para permitirme una sonrisa hoy.

PD. Foto de Cosmic Baton Girl... a ver si esto la atrae a volver. :D

Veia todo el decorado / Fafahrd

Conforme veia todo el decorado, se sintió un copo más de la esfera, una pincelada del jarrón, una viruta en la chimenea, una de tantas borlas de la cortina.

Cuando la vió a ella, lamentó no ser parte de la escenografía.

Al sentir su mirada sobre él, fue el protagonista.

sábado, 13 de marzo de 2010

Veia todo el decorado / coatl

No es justo que digan que soy un distraído, simplemente pongo atención a cosas que otros no, como el domingo pasado que veía todo el decorado, justo como este, y sin querer me tropecé, haciendo reír a medio mundo por mi despiste, y es que estoy seguro que si hubieran observado la belleza del edificio, también hubiesen tropezado...la verdad es que pasamos la vida sin poner atención a las cosas verdaderamente importantes, no es que sea distraído es que simplemente espero disfrutar el aquí y el ahora, eso es... aquí y ahora...

-¿Migue? le dijo ella susurrando  mientras le pellizcaba la mano con la fuerza de un grito.

¿Eh?, ¿mande?

Aquí es cuando dices "Si acepto" hijo... le dijo el sacerdote con voz paciente, recordandole al distraído donde se encontraba.

¡Ah!¡Perdón! Digo.. este... Si,  acepto.

viernes, 12 de marzo de 2010

Veía todo el decorado / Rox

El viento frío casi me regresa al verano improvisado que me otorga el termostato de mi habitación. ¿Para qué chingados salgo de noche si todo el día estuve encerrada? Por amor.
Caminé hasta la estación del tren de cercanías mentándome la madre por no haberme puesto un gorro. Por ser domingo, el tren tardaba más de los inciertos 15 minutos de siempre, mientras mis orejas se congelaban en el andén.

Cuando por fin llegó, el tren estaba atascado. Al parecer todos los madrileños querían ir a ver el decorado navideño de su primer cuadro. El alcalde lo había encendido el día anterior ante las protestas de sus detractores que alegaban el gran costo para la ciudad y alta contaminación eléctrica.

Aunque caminar desde Atocha con las orejas descubiertas podían ocasionarme su pérdida, decidí arriesgarme, al fin que no utilizo lentes ni aretes grandes. Salí por el Paseo del Prado donde las estrellas se ocultaban tras con una malla de luces blancas en forma de churritos cubrían la avenida. Entrecerré los ojos para difuminarlas y confundirlas.

En mi camino hacia Sol, más y más edificios iluminados aparecían. También encontraba mucha gente que caminaba como si no estuviéramos a 3°C. La mayoría iba en grupos y gritaban entre ellos sin importarles que gente chismosa como yo los pudiera escuchar. Los viejitos maldecían y los jóvenes puteaban. Ya sabía que así demostraban los españoles su buen humor y sonreía. El espíritu navideño se sentía en el aire, incluso para una grinch como yo.


Ya no tenía frío, la caminata cuesta arriba me había calentado. En Puerta del Sol encontré un árbol de navidad decorado con dulces de colores que competían con la eterna publicidad del Tío Pepe (sol de Andalucía embotellado). Un río humano corría entre el Corte Inglés y las otras tiendas de regalos con afluentes amenazadores. Todo esto enmarcado con estrellas azules que colgaban entre los edificios, ordenados de tres en tres. Como el caminar por ahí requería de una habilidad chilanga que yo no poseo, decidí salvar mi vida caminando hacia la Plaza Mayor.

Una canción presume que en Madrid hay una puerta que ha visto pasar los siglos y la vida. Pero yo sé que todo ocurrió en la Plaza Mayor. Al menos, todo ocurrió para mí. Aunque lo gélido del piso adoquinado pasaba por mi pantalón decidí sentarme en el piso, justo al centro de la plaza y a un lado de una tienda improvisada que resguarda el tianguis de navidad.

Si hay algo de verdad en aquel dicho que reza “de Madrid al Cielo”, entonces el puerto de salida tiene que ser la Plaza Mayor. Y es que ya sea de día o de noche, el cielo siempre intenta escaparse de esas cuatro paredes rojas que lo intentan contener.

Paredes españolas que han presenciado juicios, ahorcados, vendimias, manifestaciones, corridas de toros, partidos de futbol y exhibiciones de pura sangre. Pero sobre todo me han visto a mí. Me vieron cuando lloré por mi abuelo y decidí que ese era mi lugar. Donde estuve sola o muy acompañada. Tomando el sol y leyendo. Borracha y cantando.

Aquella noche, las paredes de ese cuadro tenían algunas luces blancas, pero su iluminación era muy conservadora. La Plaza Mayor no resplandecía porque no lo necesitaba; es uno de esos pocos lugares del mundo que tienen alma y que brilla sin la necesidad de luz artificial.

lunes, 8 de marzo de 2010

Un sinsentido nutricional / Ramita Diferente

Rechazaba mi mente cualquier idea al tema “un sinsentido nutricional” demasiada importancia a algo que simplemente tendría que ser lo “normal”.

Nutrirnos es una necesidad humana y asumo como compromiso de los padres - cuando somos niños- y personal -cuando somos adultos-, ver por una alimentación correcta. Cualquier otro alegato al respecto, no es sino simple distractor social.

Finalmente, el fin de semana encontré lo que buscaba.

En época de cuaresma, cuando nos empeñamos en repetir tradiciones judaicas; con ayunos que no representan para nuestros días ya nada, pero que cabalmente cumplidos por TEMOR a un castigo divino. En esta época en que comer o no comer carne no ayuda a nadie, salvo a las marisquerías que aumentan sus ventas ¿Cómo encontrar un ayuno nutritivo?

En medio de un sinsentido nutricional, que vende tanto y aporta tan poco ¿cómo volver al sentido? Si, ese sentido nutricional que fuera el que diera origen a la tradición, pero que cómodamente olvidamos. No el que nos deja con hambre y nos hace comer en abundancia después del medio día, sino el que sacia el hambre interna y alimenta al ser. Ese, ¿dónde está?

Veía todo el decorado / Ramita Diferente

Despertó y comenzó su lenta rutina. Golpeó un poco el viejo radio hasta que logró sintonizar la estación pueblerina.

-Buenos días, hoy festejamos a San Emeterio muchas felicidades para todos los que llevan este nombre, que la pasen muuuy bien, les dejamos las mañanitas…-

Reposó un poco sobre una vieja silla tejida de palma y ahí recordó que era su cumpleaños. Sacó la cuenta y supo que estaba festejando sus 86 primaveras; aunque cada vez le parecían más bien, inviernos.

Se levantó, tomó un bolillo un poco duro y caminó hacia la puerta. Acomodó su silla y comenzó el desayuno, entre el pasar de algunos carros por la polvorienta calle y algunos gritos de chiquillos que ya estaban planeando las primeras travesuras.

_¡Don Emeterio! _le dijo un simpático hombrecillo descalzo y chamagoso que imitaba el saludo que hacía su padre.

El Viejo, sin escuchar lo que decía, deseoso de compartir con alguien, respondió _hoy cumplo 86, ojalá llegues, porque no creas que cualquiera puede… _comenzó un largo relato, aunque el chamaquillo en cuanto saludó comenzó a alejarse sin prestarle atención.

En fin, siguió contemplando la misma calle, con el mismo polvo, como esperando revivir recuerdos.

Ya era medio día y recogió la silla para entrar a su casa y prepararse un taco, que sería su comida. En eso escuchó la misma vocecilla _¡Don Emeterio! le traje un regalo, mi mamá siempre me da regalos cuando es mi cumpleaños.

El viejo sorprendido giró con lentitud su cansado cuerpo y miró con asombro las manos extendidas del niño que le entregaba una pequeña cajita. La tomó y dijo _ ya, vete a tu casa que tu mamá te andará buscando.

No supo qué decir, no esperaba nada, hacia tanto tiempo que no necesitaba responder con cariño, que al parecer lo había olvidado.

Entró el viejo a su casa, dejó la silla y comenzó a observar la cajita, veía todo el decorado, era una lata vieja que el niño había pintado, decía con letras chuecas:  Alcancía “don emeterio” y adentro sonaba un solitario peso.

Se olvidó de su comida, se recostó en su catre y paso el resto de su cumpleaños, observando su regalo, un poco lo giraba y luego lo hacía sonar, después sólo se reía.

Así, se quedó dormido.

sábado, 6 de marzo de 2010

Un sin sentido nutricional/Sabina

No deja de molestarme, me llama insistentemente a que quite mis cosas de su habitación, no me importa, que las aviente como lo ha hecho otras ocasiones.
Sigo sentada enfrente de la pc, pensando, masticando el último bocado de un manjar de carbohidratos. Me preocupan, pero no tienen aún el efecto de conseguir que me ocupe de ellos.
CAsi voy llegando, tome un par de tragos y siento en la cabeza el efecto cuasipoético de una velada larga y sin sentido. Es extraño, pero por ahora es sólo el sin sentido lo que me hace querer juguetear con mis dedos en el teclado.

La velada fue como comida rápida, sin ningún sentido nutricional que no sea el de llenarte de sabores efímeros que te apaciguan el hambre, pero no te dejan nada bueno, nada para después, nada aprovechable.
Espero que en otra ocasión la gente lleve porciones perfectas de alimentación que nutra el alma.

Un sinsentido nutricional / RubberCherry

Todos los días es lo mismo. Desde que me levanto Tábata empieza a pedirme comida. Maulla con intensidad, buscándome la mirada desde su cortísima estatura, con esos ojos que tanto se parecen a los míos. Ñaaaa, ñaaaaa, y me saca de quicio.

Todas las mañanas le explico que tiene que esperar hasta la noche. Ñaaaa, ñaaaaa.

Vuelvo del trabajo por las tardes y, desde que meto la llave en la cerradura, la puedo escuchar exigiendo su porción de latita. Entro, la ignoro y muchas veces me encierro en mi cuarto, dejándola afuera y pensando: "Necesito mis minutos sola, y eso incluye gatos".

Ñaaaaa, ñaaaaa, y conecto el iPod. Ñaaaa, ñaaaaa, y me meto a bañar, emputada porque no me gusta que se me impongan, que me exijan.

Hasta que un buen día lo descubrí... Tábata se ocupa de llenar sus vacíos emocionales con comida. Es tan inteligente que no pudo librarse de las afecciones humanas. Descubrí, después de varios ejercicios, que si la cargo y la acaricio por sólo unos cuantos minutos, deja de llorar tanto como si estuviera satisfecha; ronronea y entrecierra los ojos, mueve la cola con ritmo y... se calla.

Y entonces podemos estar en el mismo cuarto, en silencio, juntas.

viernes, 5 de marzo de 2010

Un sinsentido nutricional / Rox

Desde niña me decían Flaca. No sólo era mi apodo, sino que también era una manera de diferenciarme de mi hermana, quien era el orgullo de mi familia, por ser inteligente, sonriente, amable, divertida, etcétera. Mis padres también eran llenitos y cuando caminábamos los 4 por la calle, la gente me miraba con cuestionamientos. Tal vez y algún día papá vio a mamá de esa forma.

Yo me esforzaba por comer más, pero la grasa en mi cintura no se acumulaba. Eres de las afortunadas de rápido metabolismo, me dijo mi nutriólogo, cuando sorprendido le dije que quería engordar.

En la preparatoria, cuando todas mis amigas cuidaban lo que comían, yo seguía tragando mi bolsa de Fri-tos con Coca por la tarde. Cuando comencé a trabajar, era más fácil comer pizzas y tortas que andar cargando con desabridas ensaladas. Mi noble cuerpo resistía con valentía los embates de los carbohidratos y calorías.
Pero al día siguiente de cumplir los treinta años, una lonja brotó en mi abdomen y cada día hacía más difícil la imperiosa tarea de subir el cierre del pantalón. Mis pequeños pechos también se comenzaron a llenar, así como las pantorrillas que aparentaban ser un par de patas de palo.

Mi nueva forma física me gustaba mucho. Por fin, después de 15 años, el metabolismo me hacía justicia.

Dos tallas de pantalón después, mi familia se comenzó a preocupar. Me recomendaron ir a un nutriólogo, quien los calmó con un “ser talla 9 no es tan alarmante, está perfectamente sana”. Y en efecto, yo me sentía sana y feliz. Mi marido agarraba con cariño mis lonjitas y las nalgadas tan necesarias en el momento del amor se sentían mucho mejor.

Mi reflejo de cuerpo completo me seguía agradando cuando llegué a la talla 13 de pantalón. Mis casi 70 kilos se repartían con hermosura y mis enormes cachetes siempre estaban sonrojados. Por supuesto, a mi esposo no le pareció así. Comenzaron las discusiones por el “ya no comas tantas gorditas” y “siempre me dijiste que mi físico no te importaba”.

Los 7 kilos que gané en dos meses me hicieron perder al marido. 8 Kilos después del divorcio mis padres me intentaron mandar a un “rancho de dietas” por lo que también terminé perdiéndolos.

En el inter abandoné a mi psicóloga quien me aseguró que tenía una enfermedad mental. Como bulimia, pero al revés. Alegaba que ambas enfermedades tienen el mismo origen: la insatisfacción por el reflejo que el espejo te manda. Sé que tiene algo de razón, porque yo quería más.

Ahora, que rozo los 100 kilos con mi 1.60 de estatura, en el seguro social me catalogaron con obesidad mórbida. Yo digo que unos 10 kilitos más y ya. Lo prometo.

Tema de la semana: veía todo el decorado

 
Veía todo el decorado

les recuerdo que cada semana hay tema nuevo, pero cada quien es libre de tomar y postear cualquiera de los temas anteriores.(lo digo por que Rox sufre de deficit internistico...) a los demas, los esperamos pronto. :)
 

Un sinsentido nutricional /Coatl

Se escuchaba solo el viento pasar entre los asistentes. el problema era grave.


¿Ya estamos todos? Pregunto el primer Dios con voz de trueno.
Siiiiii... respondieron como infantes en coro de escuela primaria.

Afrodita, por favor, explica el caso:

El primer Dios siempre hacia que afrodita se levantará, y en parte tenia razón, si sus reuniones eran espaciadas por milenios, tenia que hacer que valiera la pena.

De inmediato inicio su discurso:
Es la tierra... la perdimos, y si seguimos asi, pronto perderemos todo ese universo, menciono con una voz hermosamente preocupada.

¿Que es lo que ha pasado chico? ¿los humano por fin explotaron sus bomba atomicá? Pregunto el viejo Orisha que se habia acercado para ver a la bella exponente.

Peor aun, respondió la elegante afrodita dirigiendo su bella y perfumada voz, Es culpa del Dios que nombraron hace veinte siglos, en un  inicio pidio lo comun: que le rezaran, ya saben, el protocolo... Pero pronto le parecio poco y empezó a pedir mas, sus ofrendas fueron aumentando, y de flores e incieso continuo con sacrificios humanos.... Al final no le importo si eran devoción o no... comia a cualquier incauto con solo pensarlo,y como el humano no puede dejar de pensar en lo que teme, siete dias bastaron para acabar con la poblacion mundial. Sintiendose solo,siguio con los animales y descubrió el sabor salado de la luna, sediento termino con los rios, y al final engordo tanto que no cupo mas en la tierra, en fin, ahora esta dando tumbos en la galaxia mordiendo asteoriodes y planetas a su antojo, Hades y Huitzilopochtli intentaron hablar con el, pero ha sido en vano....

¡Tercos!... grito  el pequeño dios grillo  para ser escuchado, mientras era sostenido por el viento suave de Ehecatl... ¡Les dije que no podiamos nombrar Dios a un hombre!

Lo sé y me arrepiento es obvio que estamos fuera de control. ahora debemos arreglarlo. 

¿Y que vamos a hacer? preguntaron todos a coro.

Lamentablemente, no hay otra opción... Amon-Ra, ve a sacrificarlo. Anubis, regresalo al reino de Hades, mientras, sembramos otra semilla en ese universo, y por todos nosotros, la próxima vez Prometeo.... piensa dos veces en tus candidatos... 
 

jueves, 4 de marzo de 2010

Un Sinsentido Nutricional / Fafahrd

Hace cosa de una semana propuse la frase "Un sinsentido nutricional" como arranque para que cada participante de éste blog escribiera. Bueno, hasta ahora todos la hemos ignorado. Nuevamente, creo que tiene que ver con la histérica cotidianeidad que devora nuestra voluntad aunque nos proporcione ideas.

Yo mismo he andado por otros lares, recordando el compromiso y la frase de cuando en cuando, buscando un abordaje original.

No sé, hace tiempo le decía a alguien que me alimento de ideas, sin embargo en realidad creo que cuando me relaciono con otras personas en realidad me alimento de emociones.

Me ocurre cuando leo un libro o veo una película. Absorbo las ideas y emociones que proyecta, las hago mías y me dejo llevar por ellas, provocándome no sólo la clásica mirada de Remi o dejar caer una lagrimilla de cuando en cuando, sino que en filmes duros y decadentes, al estilo de "Requiem por un sueño", me desbarato emocionalmente en su existencialismo brutal.

Esas películas las evito y algunos amigos, que han sido testigos de mis desbarranques cinematográficos, me advierten cuando ven una de esas para que yo pueda evitarla.

Me ocurre también con las personas, soy demasiado empático, me cuentan una historia personal y la revivo. Si es algo demasiado ajeno a mí también reacciono, aunque sea estableciendo equivalencias conmigo mismo.

Pero unas y otras experiencias me sirven para ser quien soy, para nutrir mi existencia y posteriormente los escritos y pinturas que de cuando en cuando brotan de mis manos. Definitivamente moriría de hambre si fuera mi única forma de subsistencia, pero son mi alimento aunque sea un sinsentido nutricional.