jueves, 15 de abril de 2010

Primer Acto / Fafahrd

El primer acto para romper mi cordura fue acariciar tu pierna, eso provocó unas grietas que se ensancharon cuando tomaste mi mano y la sanidad mental se fue al cuerno cuando te besé.

No es que tuviera mucho tiempo sano, no es que fuera precisamente cuerdo. Un golpe bien dado, tan certero que casi pareció accidental, tronó mi ser un año antes.

Ahora una nueva vida de locura se abría ante mí; eso pensé, y eso me confirmaron los amigos según se fueron enterando de mis acciones.

Miré a un lado y a otro, en cada dirección se extendían futuros alternos y me entretenía viendo lo que cada uno me deparaba. Arriba y abajo había otros más… incluso podía imaginar algunos que no se veían.

Te sumé a esos futuros, paseando por el presente en espera de un mensaje o llamada.

Fui conociendo más de ti, encontré más cosas que me gustaran, estallamos juntos en fuegos artificiales, y luego reposamos flotando en agua. El aire huele a pólvora cada que nos vemos.

Hoy veo el segundo acto, el que puede romper mi locura. Está delineado a lo largo del día, lo veo desde el amanecer, aunque el fín se pierde en la noche. Tengo que graduar mis lentes, de nuevo.

Viendo el día, analizando los futuros alternos, me apoyo firmemente en el dolor y tiro un dado, que él diga a donde vamos.

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