miércoles, 2 de diciembre de 2009

Ante la puerta de entrada del convento / Ramita Diferente

Era alta, fría y parecía inquebrantable. Sólo algunos grandes espíritus se atrevían a adentrarse en ella, parecía como si su simple presencia les atemorizara.

Tal vez era que tanto se había escuchado sobre ella, de una forma tan enigmática, que el misterio mismo les hacía guardar distancia y admirar su imponente majestad; imaginando todo, pero sin certeza alguna.

Había quienes juraban que su fortaleza era más simbólica que real, que atravesando el umbral atemorizador, todo era acogedor y en muchos casos nostálgico. En el pueblo se rumoraba que era testigo de grandes amores, pero también de dolorosos abandonos. Que se debatía todo el tiempo entre la abundancia y la miseria. Que parecía inquebrantable, pero más de alguna vez hubo quien se atrevió a rasgarla e incluso, los que más le conocían, afirmaron que hubo un momento que pensaron la verían caer.

Bien dicen que cuando el misterio es demasiado, es imposible renunciar a él. Por eso, tras observarle atentamente durante días, decidió enfrentarle. Así fue, como ante la puerta de entrada del convento, golpeó sus fríos barrotes y decidió de una vez por todas, conocer lo que había dentro.

Nunca le vieron salir.

5 comentarios:

  1. yo siempre quiero CAFE :D y siempre cumplo mi deseo :D jeje

    saludos

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  2. Jajajajaja!!! Ok... especifiquemos ¿Cuando me concedes la oportunidad de compartir un café contigo?

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  3. ¡Yo también quiero CAFE! ñ_ñ
    Oooo gran entrada, la gran sabiduria y poder de los objetos. me gusto mucho :)

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  4. aaaay, cafecito Navideño, pues si, pero no sè cuando :S esta semana ya no se podrà, esperemos la siguiente :D
    saluditos

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