viernes, 11 de diciembre de 2009

Las gotas caían sobre./ Dartle

Las gotas de lluvia caían sobre el paraguas negro de Rebeca emitiendo un leve sonido al impactarse y otro más al resbalar por la superficie y finalmente caer al suelo debajo de sus botas altas de tacón. A través de la fina lluvia, Abel tuvo oportunidad de mirarla con más detenimiento del que había podido dentro del bar de donde lo había sacado. El cabello rubio y ondulado le caía pesado a ambos lados del rostro hasta por lo menos media espalda y la tela tensada de su abrigo dejaba adivinar las curvas femeninas de su cuerpo. Su expresión continuaba imperturbable y apenas si parecía prestarle atención. Abel trataba de hacerle plática, de bromear, de sacarle una sonrisa y tal vez un beso. Puede que hasta algo más. Su plan no podía ser tan descabellado, a final de cuentas había sido ella la que había ido a buscarle. Tal vez todo ese cuento de que su auto estorbaba la salida de su cochera era mentira, tal vez sólo fuera un pretexto para llamar su atención.

-No tengo todo el tiempo.

Tal vez no.

Abel movió el auto. Rebeca se subió en el suyo y sin dar siquiera las gracias pasó frente a él y luego desapareció al doblar una esquina con rumbo a cualquier lugar. Abel buscó en vano un sitio donde estacionarse y abatido, tomó la ruta en dirección a casa, dejando una cuenta sin pagar en el bar. Tal vez encontrara a Rebeca en el camino a la espera de que un semáforo cambiara a verde y entonces Abel podría tener la certeza de que su encuentro con ella no había sido un pretexto, sino simplemente destino.

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