No acepta negativas ni cuestionamientos a sus imperativos. La envestidura lo avala como poseedor de la razón.
Como siempre, ser un hombre de •éxito• supone tener subordinados. Al más cercano de estos; el tiempo le enseñó a anteponer la alegría a la felicidad, a sacrificar sueños por hacer lo correcto, a explotar sus fuerzas e ignorar el cansancio, a olvidar sus lágrimas e imponerse al sentimiento... Pero lo más difícil era cada mañana, al escuchar en el pase de lista un nombre que ya nada decía de él y responder con fuerza a un grito de “¿entendido?” con un “Afirmativo, coronel”
Después… apretar la corbata, dar la vuelta y olvidar al del espejo.
Otro grado hay por conquistar.
Vaya! :S No entiendo lo último del segundo párrafo, lo del pase de lista... pues no se responde de esa manera.
ResponderEliminarMe encantó la idea del espejo. :D
cada quien se responde como quiere :P jajaj
ResponderEliminarjajajajajaj, afirmativo, Coronel
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarah ya ves, jajaja, odio tener la razón : D
ResponderEliminarsi divagué, ni yo misma me entendí mucho. Pero eso salió y hay que dejarlo fluir jeje
Sonó en mi mente la de "eye of the tiger" al final ñ_ñ.
ResponderEliminarYep... tampoco es cosa de aferrarse, fluir es lo que fluye en estos fluidos tiempos...
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