martes, 17 de noviembre de 2009

Sumergía sus manos / Ramita Diferente

Había temor en sus ojos, poco a poco fue acercándose a ella. Después, como en un ritual de cortejo, la miró a detalle. El mismo misterio que le rodeaba le obligó a superar el miedo y llegar hasta ella.

Al estar cuerpo a cuerpo, descubrió que era fría. Frío que no era resultado del soleado día, parecía nacer de ella. Al mismo tiempo, esta sensación era gratificante para él.

Parecía que contenía todas las lágrimas, nunca había visto tantas juntas. Deben ser fías, pensó

_¿Has sufrido mucho?

_¿Te duele algo, te lastimaron?

_¿Es porque todos al final se van?

No respondía a nada, sólo seguía dejando brotar su llanto.

_Compartiré mis tardes contigo, vendré todos los días, te lo prometo.

_Manuel, vámonos.
Gritó su mamá, que le observaba desde una de las bancas del parque.

_Me tengo que ir, pero en verdad que volveré.
Le decía con ternura mientras sumergía sus manos en la pileta de cantera, como deseando acariciarla.

De la mano de su madre que caminaba apresurada, volteaba a verle y decía adiós con la mano libre.

3 comentarios: