viernes, 20 de noviembre de 2009

Sumergía sus manos/Coatl

Sumergía sus manos manteniéndose firme, el agua reflejaba la luz plateada de la luna, fria como el mercurio, apretó los dientes al sumergir primero las manos, y después todo el pecho....

 "La maldición de tu familia te persigue, no deberías ver nunca tu rostro"

Su abuelo le decia, sin embargo,  para él esto era imposible.

El mito era claro:  Narciso moria, sin conocer relación carnal, el único que amor que tuvo, fue hacia si mismo, su propio amor funesto.
"Ignorante", pensó, mientras se acercaba al río. si supiera leer, sabría que narciso no tuvo descendencia, todo era un mito vano. El no podía ser hijo de Narciso, y en la locura del viejo, al huérfano inventó su linaje.

Esta noche por fin, gracias a una bella luna blanca, iba a conocer su propia imagen.

Sumergía sus manos, intentando acercarse mas a ese hermoso rostro, primero las manos, después todo el pecho...

Entre los arboles, Aglaya, lloraba desesperada, no podía soportar ver a su hijo cayendo en el mismo infortunio de su padre, intentaba gritar, pero no salia su voz, Eufrósine y Talía, parcas, solo la  abrazaban, a pesar del dolor de la madre, las ordenes del Olimpo eran claras: No podían interferir más con los mortales.

Terco a la voz sabía, y confiado de la palabra escrita, el joven se hundió, pereciendo como su padre.






3 comentarios:

  1. Visitando mitos... me late la recreación de la historia.

    Ocioso Narciso por no saber nadar :P

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  2. El tema de esta semana la verdad no sabia por donde iba a parar. me alegra que les haya gustado. :) alguna musa rompió las ordenes un rato. ;)

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